domingo, 26 de mayo de 2013

¿Qué es Dios?

Hoy voy a escribir una entrada cortita, y fácil de leer para no cansar demasiado al que pose su vista sobre ella. Quiero hablar sucintamente sobre Dios, ese concepto tan ampliamente malinterpretado.

Hace poco comencé a sentir curiosidad sobre esta idea. A lo largo de mi vida siempre he desechado por completo la posibilidad de que un ser inteligente decida sobre mi propia existencia o sea la causa misma de ella. Pero recientemente he comprendido lo erróneo de la manera en que nos empiezan hablando de pequeños sobre Dios. Ante todo quiero dejar claro que para mí esta incursión en lo metafísico no es más que un experimento mental y una necesidad de dar mi opinión sobre el tema. Nada más.

Pues bien, sobre todo, después de ver la vida de Pi, me puse a pensar en qué podía significar realmente esta palabra: Dios; y durante unas semanas me he propuesto seguir su rastro, así que a continuación os voy a relatar como me ha ido.

Para empezar una amiga mía me habló de unas charlas que se iban a dar durante unas semanas en una parroquia cerca de mi casa, y yo, muy decidido fui a algunas de ellas. Para mi sorpresa no fueron desagradables o aburridas, a pesar de estar fuertemente influenciadas por el espíritu eclesiástico, tenían su parte de razón, y todas tenían un buen propósito. Encontrar esa chispa que nos falta en la vida. Aquello a lo que en muchas ocasiones nos gustaría poder echar mano...

Sin embargo, he de decir en su contra, que la impresión que me dieron fue la siguiente: Solamente se busca en esos sitios un apoyo moral, un hueco mental para evadir la realidad más cercana enfocando nuestras esperanzas en un ser que nos escucha y nos apoya, nos quiere, sobre todo eso, "nos quiere", de modo que no satisfizo mi interés puramente científico en comprender qué puede ser Dios.

Quiero terminar expresando lo que yo creo que es Dios. Para mí, la vida en sí, no deja de sorprenderme, la verdad es que tengo muchas preguntas, y muy pocas respuestas. Pero no puedo caer en el relativismo de afirmar que lo que no conozco no es susceptible de ser conocido. El encomendarse por entero a Dios antes de haberlo conocido me parece cuanto menos arriesgado para la razón humana. Es un insulto a nuestra inteligencia. Si realmente Dios nos ha creado de algún modo, estoy plenamente seguro de que nos hizo inteligentes para pensar, y para dudar, nunca para, en nuestra debilidad espiritual, crear una falsa imagen de él y adorarla sin profundizar más en su "creación". Para mi Dios es esa voz interior de cada uno. Esa curiosidad innata por saber, esa capacidad de amar desinteresadamente, de ayudar, de ver en los ojos de un animal bondad, de sentir más profundamente un simple paisaje...

Aquellos que odian, que viven por vivir, que no se paran un momento a pensar sobre todo lo que significa la vida, aquellos que no pueden en definitiva apreciar la realidad de sus vidas. Están más lejos de ellos mismos de lo que creen. Están más lejos del Dios de verdad que hay en cada uno de nosotros.

Espero que hayan entendido, quienes hayan leído esta entrada, que al menos para mí, Dios no puede ser lo que la iglesia o las religiones en general pretenden que sea. Dios no cabe en un libro, o una forma de vida. A Dios no le interesa si comes cerdo, si vas a misa, si eres bueno con los demás por miedo a él...

Somos libres, y dentro de nuestra libertad, conoceremos a Dios sólo si alguna vez somos capaces de ver dentro de nosotros mismos.

P.D: Sé que quizá esta entrada haya sido un poco caótica, no muy bien expresada y vagamente comprensible. Pero de verdad, hablar de algo tan.. complejo es realmente difícil y he querido escribir tal y como lo iba pensando, sin pararme mucho a editar la corrección de lo que decía. Gracias por leer!

viernes, 21 de septiembre de 2012

Os dejo un relato que encontré por internet


La idea clave del teorema de Gödel puede ser explicada con la ayuda de un relato. En un país lejano un grupo de matemáticos que no habían sentido nunca hablar de Gödel se convenció de que existía de veras un procedimiento sistemático para determinar infaliblemente la verdad o falsedad de cualquier proposición sensata, y se propuso demostrarlo. Su procedimiento podía ser ejecutado por una persona, o por un grupo de personas, o por una máquina, o por cualquier combinación de estas tres posibilidades. Nadie sabía con certeza qué combinación hubieran elegido los matemáticos, porque el sistema estaba situado en un gran edificio universitario, bastante parecido a un templo, y la entrada estaba prohibida al público. En todo caso, el sistema viene llamado Tom. Para controlar la habilidad de Tom le venían sometidas complejas aserciones lógicas y matemáticas de todo tipo y, después del tiempo necesario para la elaboración, llegaron puntualmente las respuestas: verdadero, verdadero, falso, verdadero, falso…. No mucho después la fama de Tom se difundió en todo el país. Muchos venían a visitar el laboratorio y aguzaban siempre más el ingenio para formular problemas cada vez más difíciles en la tentativa de poner en dificultad el sistema. Nadie lo logró. La confianza de los matemáticos en la infalibilidad de Tom creció tanto que persuadieron a sus reyes a ofrecer un premio a quienquiera que lograra derrotar su increíble poder analítico. Un día, un viajero que venía de otro país llegó a la universidad con un sobre e pide desafiar a Tom. En el sobre había un pedazo de papel con una proposición para hacerle. La proposición, que podemos indicar con «P» («P» está por «proposición» o por «paradoja»), decía sencillamente: «Tom no puede demostrar que esta proposición es verdadera».
P viene propuesta a Tom. Habían pasado a penas pocos segundos cuando el sistema entró en una especie de convulsión. Después de medio minuto un técnico llegó corriendo del laboratorio con la noticia de que Tom había sido desactivado a causa de problemas técnicos. ¿Qué había ocurrido? Suponemos que Tom tuviera que llegar a la conclusión de que P es verdadero. Esto significaría que la proposición «Tom no puede demostrar que esta proposición es verdadera» habría sido falsificada. Pero si P es falsificada, no puede ser verdadera. Así si Tom contesta «verdadero» a P, habrá alcanzado una conclusión falsa, contradiciendo su ostentada infalibilidad. Entonces Tom no puede contestar «verdadero». Hemos llegado entonces a la conclusión de que P es efectivamente verdadero. Pero al llegar a esta conclusión hemos demostrado que Tom no puede llegar a esta conclusión. Eso significa que nosotros conocemos la verdad de una proposición que Tom no puede demostrar. Ésta es la esencia de la demostración de Gödel: que siempre babrá algunas proposiciones verdaderas que no pueden ser demostradas. El viajero, naturalmente, lo sabía y no tuvo alguna dificultad para construir P y ganar el premio.
Es importante, sin embargo, darse cuenta del hecho de que las limitaciones destacadas por el teorema de Gödel conciernen al mismo método axiomático de demostración lógica y no a una propiedad de las proposiciones que se trata de demostrar (o de refutar). Siempre se puede transformar una proposición verdadera que es indemostrable dentro de un dado sistema de axiomas en un axioma de cualquier sistema extenso. Pero entonces habrá otras proposiciones indemostrables en este sistema extenso, etc.
El teorema de Gödel fue una desoladora parada para el programa formalista, pero la idea de un procedimiento mecánico para indagar las proposiciones matemáticas no fue abandonada completamente. ¿Quizás las proposiciones indecidibles sólo son extrañezas que pueden ser eliminadas por la lógica y por las matemáticas? Si se encontrara un modo para distinguir las proposiciones decidibles de aquellas indecidibles, entonces determinar si una proposición cualquiera perteneciente al primer grupo sea verdadera o falsa incluso podría ser siempre factible. ¿Pero es posible formular un procedimiento sistemático para reconocer de modo infalible las proposiciones indecidibles y eliminarlas? El desafío fue aceptado por Alonzo Church, un colaborador de von Neumann en Princeton, el cual demostró pronto que incluso esta meta más modesta era inalcanzable, al menos en un número determinado de pasos. En otras palabras: se podrían hacer aserciones matemáticas potencialmente verdaderas o falsas, y se podría emprender un procedimiento sistemático para controlar su verdad o falsedad, pero este procedimiento no tendría nunca final: el resultado no podría ser nunca conocido.

jueves, 30 de agosto de 2012

El axioma de elección

El axioma de elección es independiente de los demás axiomas que conforman la teoría de conjuntos ZF, según se deduce del trabajo de Kurt Gödel y Paul Cohen.

Está bien, perfecto, y ¿qué significa que un enunciado A es lógicamente independiente de una serie de enunciados B1,B2,B3...? Pues muy sencillo, que es posible que B1,B2,B3... sean todos verdaderos, simultáneamente mientras que A es falso, de este modo el condicional formado por la conjunción de los enunciados Bi como antecedente y A como consecuente es falso según la tabla de verdad del condicional. (B1^B2^B3...)--->A.

Y ahora un poco más intuitivo:

- La nieve es blanca.
- El mar es salado.
- Hay vida en marte.

Supongamos que hemos demostrado la independencia del tercer enunciado respecto de los otros dos. Pues bien, ¿pensáis que sería totalmente lícito usar en vuestros argumentos el hecho de que hay vida en marte como axioma, solamente porque no entra en contradicción con vuestras otras dos premisas?

Muy superficialmente lo que dice el axioma de elección es que dado un conjunto arbitrario de elementos, siempre va a ser posible escoger un único elemento de este conjunto. Esto se ve claramente en un puñado de canicas; siempre vas a poder escoger una. ¿Pero y en un puñado de tierra? Es más difícil pero seguro que me decís que con la suficiente precisión al final se podrá escoger un solo grano. En realidad en cualquier conjunto numerable, en teoría con la suficiente precisión se podrá escoger un elemento del mismo. Pero, ¿y si la materia fuera continua? Sin saltos, sin espacios...

Hagamos ahora un experimento, construyamos una función de elección teórica para ilustrar este problema:

- Tenemos un robot que cuando le pedimos que elija un objeto del conjunto de los números reales, no tiene ningún problema en darnos un natural, un entero,  o incluso un racional como cociente de enteros. Pero si le pedimos un irracional, se vuelve loco debido a que, ¿cómo nos lo muestra? Decir pi, no es más que un nombre para un límite, decir e, es lo mismo... no podemos sacar de raíz el numero. Nunca vamos a conocer las infinitas cifras de un irracional.

Entonces ¿cómo es posible, que podamos elegir, realmente, cualquier elemento de un conjunto?

En mi humilde opinión, creo que de un conjunto continuo, no es posible escoger siempre un sólo objeto. Solamente quería plantearos mis pensamientos acerca de esto... Por supuesto que sólo es una opinión, sobre los axiomas nada puede decirse en base a otras cosas que no sea la propia imaginación/intuición.


martes, 28 de agosto de 2012

Sentidos

A veces me gusta imaginarme la realidad desde fuera (si es que hay un "fuera") pensando en nuestras propias limitaciones físicas, nuestros sentidos.

Imagina que nunca hubieras podido ver, que jamás en tu vida hubiera entrado la luz en tu cerebro y no hubieras visto absolutamente nada.

Por desgracia hay gente que no necesita imaginar esto, sino que es su realidad. Pero volvamos a nuestro experimento mental; en este caso, si nadie te hubiera hablado de imágenes o de formas, para ti esta manera de percibir la realidad ¡sería un completo desconocido! Es una tarea muy difícil ponerse en el lugar de alguien que nunca ha visto, pero si lo intentáis de verdad, quizá podáis vislumbrar a qué me refiero.

Bueno pues este es un clarísimo ejemplo de como nos condicionan nuestros propios sentidos a la hora de entender el mundo. Si no tuviéramos sentido del oído, ¿acaso no sería nuestra vida bastante diferente? ¿Habéis pensado en cómo habría discurrido nuestra civilización, las consecuencias tan grandes que habría tenido la ausencia de este sentido? Enserio, jamás nos lo habríamos imaginado, percibir ondas en forma de melodías. ¡Qué locura! Pero así es, cada uno de nuestros sentidos es una puerta a la realidad desde una nueva perspectiva. 

Solamente usando nuestra imaginación, podremos siquiera percibir sutilmente qué maravilloso mundo es el que nos brindan las matemáticas... Allá donde nuestros sentidos no llegan, llega nuestro pensamiento. Jamás podríamos ver una canción, ni oír un paisaje. Al menos no literalmente, ya me entendéis...

domingo, 12 de agosto de 2012

Hace ya tiempo que te marchaste. Las cosas no suelen moverse del sitio donde se dejaron, a menos que sobre ellas recaiga algún efecto biológico o externo que las haga cambiar. Basta querer recordarlo para que vuelva a existir el momento, perfectamente nítido en la memoria. ¿Qué es más real que un recuerdo? ¿qué es a la vez más irreal que la imaginación? Luego, ¿qué diferencia a un recuerdo de la pura imaginación...? La diferencia es que yo sigo esperándote por si quieres volver... De mis ramas ya se han caído unas cuantas hojas pero aún me queda más tiempo en este mundo que a ti. Guardo en mi corteza momentos que morirán contigo, pues solamente tu los conoces, y yo, lamentablemente no puedo hablar.

Aún cuando te hayas ido, aquí seguirá siendo el sitio donde una vez te sentaste conmigo a pensar, a imaginar, a mirar el cielo y los pájaros, a jugar con los insectos del campo... aquí descubriste muchas cosas que ahora parece que has olvidado. 

No me olvides, porque si lo haces, desapareceré de tus recuerdos y no seré más real que un sueño.

viernes, 10 de agosto de 2012

Infancia

No nos fijamos en los detalles. Nos llega información diariamente al cerebro, y cada día que pasa los mismos estímulos que un día nos hicieron abrir la boca de admiración, ya no nos merecen la más leve atención.

Pero muchas veces vuelvo a imaginar como un niño, y me vuelvo a hacer las mismas preguntas ingenuas que solía hacerme entonces. No os penséis que ahora la misma pregunta ya tiene respuesta. Al contrario, ahí sigue la interrogación sobre muchas de ellas. Pero las hemos ignorado, simplemente eso. 

Algún día nos volvemos a encontrar a uno de esos niños curiosos como alguno de nosotros lo fue, y nos viene a preguntar lo mismo que nosotros nos preguntábamos con su edad. Para nuestro asombro, le sonreímos y no somos capaces de darle ahora una respuesta convincente.

La más simple de estas preguntas podría ser... ¿por qué hay niños que no tienen para comer? y ... ¿por qué sin embargo a nosotros nos sobran supermercados?

Deberíamos comprender que aunque hemos crecido, somos aquellos niños que una vez soñaron mundos imposibles, y se preguntaban los porqués de la vida. Como si lo más importante fueran aquellas dudas ingenuas. En realidad lo son.


miércoles, 25 de julio de 2012

UIMP 2012

Un curso de inglés que ha dado para mucho más que aprender inglés. He conocido a mucha gente, hemos reído y jugado juntos desde el primer día en que nos conocimos. Pillamos todos con muchas ganas esta experiencia y la soltamos con más pena  que gloria...

Os deseo a todos los que os habéis cruzado conmigo en este curso la mejor de las vidas posibles, ha sido un placer haber compartido pedacitos de mí con cada uno de vosotros. Cada gesto, palabra, acción de cada uno que me haya hecho sonreir o simplemente pensar... la guardo para siempre en el cajón de los bonitos recuerdos. Os espero en otra!!

Muchos besos. Atte: Samuel