viernes, 10 de agosto de 2012

Infancia

No nos fijamos en los detalles. Nos llega información diariamente al cerebro, y cada día que pasa los mismos estímulos que un día nos hicieron abrir la boca de admiración, ya no nos merecen la más leve atención.

Pero muchas veces vuelvo a imaginar como un niño, y me vuelvo a hacer las mismas preguntas ingenuas que solía hacerme entonces. No os penséis que ahora la misma pregunta ya tiene respuesta. Al contrario, ahí sigue la interrogación sobre muchas de ellas. Pero las hemos ignorado, simplemente eso. 

Algún día nos volvemos a encontrar a uno de esos niños curiosos como alguno de nosotros lo fue, y nos viene a preguntar lo mismo que nosotros nos preguntábamos con su edad. Para nuestro asombro, le sonreímos y no somos capaces de darle ahora una respuesta convincente.

La más simple de estas preguntas podría ser... ¿por qué hay niños que no tienen para comer? y ... ¿por qué sin embargo a nosotros nos sobran supermercados?

Deberíamos comprender que aunque hemos crecido, somos aquellos niños que una vez soñaron mundos imposibles, y se preguntaban los porqués de la vida. Como si lo más importante fueran aquellas dudas ingenuas. En realidad lo son.


No hay comentarios:

Publicar un comentario