domingo, 12 de agosto de 2012

Hace ya tiempo que te marchaste. Las cosas no suelen moverse del sitio donde se dejaron, a menos que sobre ellas recaiga algún efecto biológico o externo que las haga cambiar. Basta querer recordarlo para que vuelva a existir el momento, perfectamente nítido en la memoria. ¿Qué es más real que un recuerdo? ¿qué es a la vez más irreal que la imaginación? Luego, ¿qué diferencia a un recuerdo de la pura imaginación...? La diferencia es que yo sigo esperándote por si quieres volver... De mis ramas ya se han caído unas cuantas hojas pero aún me queda más tiempo en este mundo que a ti. Guardo en mi corteza momentos que morirán contigo, pues solamente tu los conoces, y yo, lamentablemente no puedo hablar.

Aún cuando te hayas ido, aquí seguirá siendo el sitio donde una vez te sentaste conmigo a pensar, a imaginar, a mirar el cielo y los pájaros, a jugar con los insectos del campo... aquí descubriste muchas cosas que ahora parece que has olvidado. 

No me olvides, porque si lo haces, desapareceré de tus recuerdos y no seré más real que un sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario