jueves, 17 de mayo de 2012

Diálogos




El siguiente escrito es la recreación fantástica de lo que podría haber sido una conversación entre Kurt Gödel y Albert Einstein de vuelta a casa tras salir del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, por lo tanto debe tomarse como tal.



“Albert Einstein y Gödel entablaron una amistad legendaria, compartida en las caminatas que tomaban juntos en el IEA. La naturaleza de sus conversaciones permaneció en el misterio para los otros miembros del Insituto. El economista Oskar Morgenstern recuerda que hacia el final de su vida Einstein le confió que “su propio trabajo ya no importaba mucho, que llegaba al Instituto únicamente para tener el privilegio de caminar a casa junto a Gödel”.”

_Fuente:Wikipedia_



[...]

Einstein: ¿Qué es entonces la verdad?



Gödel: Bueno una palabra que en primera instancia atrapa bastante bien la esencia de este concepto es aquella de “correspondencia”.



E: Hmm correspondencia, ¿correspondencia entre qué?



G: Entre lo que se afirma con las palabras y lo que se percibe con los sentidos. Las palabras ya sean orales o escritas, no son más que representaciones del mundo, siempre y cuando nuestro discurso vaya referido al mismo.



E: Está bien, aunque eso me parece simplificar demasiado. ¿No son acaso palabras las que constituyen la frase: “Devuélveme mi lápiz”? O por ejemplo, ¿qué me dirías si yo afirmo algo no referido al mundo, sino a otro universo ya no perceptible con los sentidos sino sólo imaginable? ¿Acaso allí sería posible hablar de “verdad”?



G: Ciertamente es posible construir frases que no sean la representación de algo, pero esa parte del lenguaje no es a la que me refiero, digamos que estamos en el subconjunto de aquellas construcciones gramaticales catalogables de verdaderas o falsas por su función enunciativa. De esta forma, respondiendo a su segunda observación, también es posible afirmar algo referido no ya al mundo “real” sino a otra posible realidad imaginaria. En este sentido, cabría decir que nuestro mundo real, a efectos del análisis o descripción de la verdad que intentamos hacer, no es más que otro sistema posible con la salvedad de que nos encontramos nosotros también inmersos en él como objetos del mismo.



E: ¿Quiere decir, que no hay necesidad de separar nuestro universo de todos los otros posibles a efectos de describir qué es aquello que designamos por verdad?



G: Esa es la idea.



E: Me parece interesante, pero entonces le vuelvo a preguntar: ¿Qué es la verdad?



Continuará...

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